Paroles de A mis cuarenta y diez

Sabina

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A mis cuarenta y diez,
Cuarenta y nueve dicen que aparento,
Ms antes que despus,
He de enfrentarme al delicado momento
De empezar a pensar
En recogerme, de sentar la cabeza,
De resignarme a dictar testamento
(perdn por la tristeza).
Para que mis allegados, condenados
A un ingrato futuro,
No sufran lo que he sufrido, he decidido
No dejarles ni un duro,
Slo derechos de amor,
Un siete en el corazn y un mar de dudas,
A condicin de que no
Los malvendan, en el rastro, mis viudas.
Y, cuando, a mi rocio,
Le escueza el alma y pase la varicela,
Y, un rojo escalofro,
Marque la edad del pavo de mi carmela,
Tendrn un mal ejemplo, un hulla hop
Y un d'artacn que les ladre,
Por cada beso que les regate
El fanfarrn de su padre.
Pero sin prisas, que, a las misas
De rquiem, nunca fui aficionado,
Que, el traje de madera, que estrenar,
No est siquiera plantado,
Que, el cura, que ha de darme la extremauncin,
No es todava monaguillo,
Que, para ser comercial, a esta cancin
Le falta un buen estribillo.
Desde que salgo con la plida dama
Ando ms muerto que vivo,
Pero dormir el sueo eterno en su cama
Me parece excesivo,
Y, eso que nunca he renunciado a buscar,
En unos labios abiertos,
Dicen que hay besos de esos que, te los dan,
Y resucitan a un muerto.
Y, si a mi tumba, os acercis de visita,
El da de mi cumpleaos,
Y no os atiendo, esperdme, en la salita,
Hasta que vuelva del bao.
A quin le puede importar,
Despus de muerto, que uno tenga sus vicios...?
El da del juicio final
Puede que dios sea mi abogado de oficio.
Pero sin prisas, que, a las misas
De rquiem, nunca fui aficionado,
Que, el traje de madera, que estrenar,
No est siquiera plantado,
Que, el cura, que ha de darme la extremauncin,
No es todava monaguillo,
Que, para ser comercial, a esta cancin
Le falta un buen estribillo.

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